martes, 24 de febrero de 2015

Dia de la Mujer Paraguaya

Cada 24 de febrero se conmemora el Día de la Mujer Paraguaya en recordación a la “Primera Asamblea de Mujeres Americanas” que tuvo por escenario la ciudad de Asunción, realizada en el año 1867 en la Plaza de Mayo. De esta reunión participaron mujeres de la capital decididas a contribuir con la causa de la República mediante la donación de sus joyas y alhajas a fin de financiar la Guerra Contra la Triple Alianza. Fue lo que más adelante se denominó como LAS RESIDENTAS, compuesta de mujeres de todas las clases sociales, voluntarias que se habían presentado primero donando sus joyas, luego objetos de valor, para luego continuar con el apoyo cercano a sus hombres que estaban al frente, en el campo de batalla, luchando contra tres países, en la más cruenta lucha, en desigualdad de condiciones durante la guerra de la Triple Alianza.

Luego vino la escasez de indumentaria para los combatientes y fueron estas heroicas mujeres, las encargadas de tejer para vestir a los combatientes. El aporte de las mismas fue extraordinario: cultivando la tierra, para el envió de alimentos o la alimentación de los hijos; curando heridas o tejiendo para la indumentaria. Llegaron a empuñar fusiles, en igualdad de condiciones en el campo de Batalla; en defensa de la soberanía Nacional.
La mujer paraguaya ha sido siempre una protagonista muy grande y a veces
invisible de todo el quehacer nacional. Transcurrida la guerra e incluso habiendo empuñado fúsiles, las mujeres paraguayas cultivaron la tierra, criaron hijos por sí mismas y lograron repoblar el país devastado.

Su heroísmo y sacrificio brilló en la guerra grande. En la Residenta, la marcha que acompañó al presidente López y a los restos de su ejército hasta Cerro Corá. Y en la batalla de Piribebuy, en las trincheras, ayudando a los hombres a cargar sus fusiles o arrojando tierra a los ojos de los enemigos, a falta de otros medios.

La parte más dura de la tarea de resucitar al Paraguay, devastado y diezmado, en la postguerra recayó sobre las mujeres. Desde la multiplicación de los hijos que permitió reponer paulatinamente la población hasta su participación en las tareas hogareñas, agrícolas y económicas

A falta de hombres, las mujeres paraguayas debieron cultivar la tierra, recoger la cosecha, venderlas, administrar la hacienda familiar. Se hicieron agricultores, comerciantes, industriales. Y cuidaron la educación de sus hijos haciéndolos acceder a los centros educaciones que pocpo a poco se fueron restableciendo en el país.
Surgieron las nuevas generaciones paraguayas que rehicieron la patria. Así, lentamente, el Paraguaya fue poniéndose de pié. Sobre las ruinas de la patria vieja, se construyó un nuevo Paraguay que se apoyó principalmente en el temple de sus mujeres.