La militancia y la juventud se han puesto como uno de los
temas principales comenzado el siglo XXI. Pero no es un fenómeno de este siglo.
A principio del XIX cuando se estaba gestando la revolución de mayo, muchos de
los principales actores, no llegaban a los 40 años; un ejemplo claro de esto
son Mariano Moreno y Manuel Belgrano que en 1810 tenían 32 y 38
respectivamente. Claro que comparar aquellos procesos históricos con los que
vivimos en argentina, sobre todo después de 2003, sería un anacronismo. Pero a
lo que quiero llegar es que en los años 90 nos han vendido, desde el sistema
educativo y los medios de comunicación, que la política era cosa de grandes, y
no solo eso, sino que nosotros lo veíamos así; porque aquellos que hablaban de
política eran nuestros abuelos y tíos, pero casi no escuchábamos nada de
nuestros padres, y eso se debe a que hay una generación a quienes la última
dictadura militar abolió a fuerza de
persecuciones, prisión y desapariciones, el interés por la política.
El bajo fondo al que llegó nuestro país con la crisis del
neoliberalismo en 2001 ha puesto en marcha a un pueblo que hasta ese momento
había estado dormido, salvo casos aislados que obviamente no tenían
repercusiones mediáticas. Desde la llegada del Kirchnerismo se le ha devuelto a
la juventud un espacio que lo había perdido por 30 años y que ahora está tomando
protagonismo dentro discusión política que nunca debió haber perdido. Sin duda
que eso es un logro de la democracia y
particularmente de este gobierno, y lo que es mejor, en estos últimos años
todos los espacios políticos han integrado a la juventud otorgándole una
importancia muy interesante.
Soy un convencido de que la militancia es uno de los motores de la incorporación al
mundo de la política, es el entusiasmo por las ideas y por el rumbo que
queremos darle al país. El militante es un actor participante que se mueve
detrás de las ideales, de los proyectos de nación y se entrega de manera
desinteresada al servicio público, con grandes sueños, sacrificios y duras
luchas por el logro de la justicia y el bienestar social, el militante entiende
a la política como el arte de lo posible que permite tener las herramientas
para la transformación social
Actualmente participo de un
espacio político de militancia en el ámbito de la capital social, La Tendencia
Nacional y Popular, nuestro referente es el ex legislador porteño Francisco
Tito Nenna, un referente que viene dando lucha desde siempre; muy reconocido en
el ámbito docente y es una de las principales figuras del Kirchnerismo dentro
de la Ciudad de Buenos Aires. Las propuestas del Kirchnerismo, Su incorrección
política, entrega, voluntad, llamado a la transgresión y audacia fueron las
marcas de un estilo donde no cabía aflojar ni torcer el brazo; y a la conciencia de que todo está por hacer y
construir, movilizó nuevamente a las mayorías y entusiasmó a jóvenes que
recuperaron ideología y compromiso de aquellos que en los 70 lucharon contra el
terrorismo de Estado
Estamos convencidos de que la
juventud militante puede ser el motor de un proyecto político definitivamente
transformador, con un sentido nacionalista y con una conciencia política que
nos hace pertenecer. La militancia te da la satisfacción de sentir que estás construyendo algo, que estás
aportando algo para mejorar la vida de los compatriotas, y para mí no hay nada
más lindo que eso
1 comentario:
Muy buen articulo, la juventud que salvo esta nueva política...
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